El 4 de julio no se celebra en España, pero el año pasado sí se celebró con nuestro grupo de LITA. La noche del 4 de julio todos los estudiantes del grupo, y sus familias, fueron a la alfarería porque uno de los padres de acogida es un alfarero muy conocido y tiene un taller de alfarería muy bonito en la zona de artesanos en nuestro pueblo, y tuvimos una barbacoa festiva! Todas las familias trajeron un plato de comida que hicieron ellos y había dos mesas llenas de mucha comida española. Este día cumplía nuestra primera semana completa de haber vivido con nuestras familias de acogida, entonces era más que una celebración del cuatro de julio, también era una celebración de nuestros logros de la primera semana!
Para muchos estudiantes la primera semana fue difícil porque el español en Andalucía es muy rápido, y también puede ser difícil ajustarse a una familia nueva, pero fue una barbacoa muy alegre porque todos ya habíamos logrado mucho con nuestro español y nos estábamos ya acostumbrando a nuestras familias. Cuando llegamos a la alfarería, el dueño nos enseñó todas sus piezas nuevas de cerámica y nos mostró el horno en donde hacía las cerámicas. El horno era muy impresionante porque era un horno arabe muy viejo y tiene como 1,000 años de historia. La cerámica era hermosa y el proceso nos parecía muy duro, entonces era impresionante ver todo el esfuerzo y el tiempo que el alfarero, que era un padre de acogida de una de mis amigas, tenía que hacer para crear sus piezas. Esa noche fue la primera en la que no hacía tanto calor, y en la terraza de la alfarería había un segundo piso que tenía una vista muy bonita de las montañas al lado del pueblo. Aquí, subimos todos los estudiantes del grupo con nuestros hermanos de acogida y tomamos muchas fotos con todos para tener unos recuerdos de la noche. ¡Después empezamos a comer! Agarré un plato y lo llené de todas las comidas que no había probado antes. Había panes, croquetas de jamón, y fideuá, y el olor de la comida era de lo más rico!
Comí con mi familia y la familia de unos otros estudiantes de LITA, entonces les conocí a todos ellos. Era como una familia muy grande porque muchas de las familias ya se conocían de cuando los hermanos y hermanas de acogida eran pequeños. Entonces escuché todos las historias de las familias de cómo los chicos habían crecido juntos e historias sobre las muchas tradiciones del pueblo que ahora era mi casa nueva. Después de terminar de comer, uno de los líderes de nuestro grupo y Jordan, el director del programa, dieron un discurso expresando su agradecimiento a todas las familias por incluir a todos los estudiantes como miembros de su familia y lo orgullosos que estaban de todos los estudiantes por adaptarnos a una vida diferente en España! Todos aplaudimos y celebramos la noche con más juegos y charlas entre familias y amigos.
Cuando la cena terminó, todos los estudiantes de LITA y sus hermanos de acogida fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Caminamos por las calles del casco histórico , hablando, sonriendo, y escuchando toda la música española que estaba de moda! Fuimos al mirador y vimos la vista de las montañas y los otros pueblos alrededor, debajo de la luna y las estrellas del cielo. Este momento fue en el que me di cuenta que el grupo de LITA y todas las familias de acogida formaban una familia verdadera. Todos los chicos estaban allí para aprender, y también formar conexiones para toda la vida. Con la ayuda de nuestras familias, pudimos crecer como amantes del Español y como personas independientes. Estoy muy agradecida por todo lo que mi familia hizo por mí y siempre recordaré nuestros tiempos juntos. Más que todo, este momento me enseñó la magia de LITA como un programa que me ayudó a crecer mi amor por la lengua y cultura española y me dio una fuente para formar las nuevas relaciones que durarán la vida con mi amigos de LITA y mi familia acogida.
Erika, South Five Week 2023
